Por María Elena García Giraldo*
Y agosto dijo adiós,
Febril, cabizbajo y, a punto de expirar,
se despidió de vos.
Y te dejó partir como quien no espera tu regreso,
como aquel que sabe que se apagaron los motores,
se cerraron las pistas y la radio calló.
Agosto te dijo adiós,
y una imaginaria bandera a media asta
desvaneció uno y mil sueños,
entre la realidad del “nunca más”
y el “ojalá volviera a ser”.
Mientras agosto decía adiós
los pájaros, entristecidos, detuvieron su aletear,
las nubes se perdieron en el cielo
y el viento se desvaneció en el mar.
Corrió frío por mis venas cuando agosto dijo adiós,
se acallaron las sirenas y el silencio fue atroz.
Y tratando de pensar, mi memoria entristecida,
no encuentra la explicación para tu pronta partida.
Y agosto nos va dejando, como nos dejaste vos.
Se apagaron ya las luces y tu risa enmudeció,
cuando cerraste los ojos,
cuando agosto dijo adiós.
* Nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y vivió, a partir de ahí, en su amada ciudad de Berazategui. Desde muy temprana edad comenzó a escribir novelas, poemas y canciones, asistiendo en su adultez a diferentes talleres literarios y cursos en la facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Se hizo acreedora a varios premios y menciones por sus obras poéticas y narrativas. En la actualidad, asiste a varios cafés literarios y co-coordina, en la ciudad de Berazategui, el Café Literario "La Torre de las Palabras" junto a tres escritores locales.
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