Por Agustina Vera*
1
¿Cuántos hijos querés tener?
Si prenden los dos y tenés mellizos, yo te ayudo. Así ya tenés la familia completa.
¿Sólo querés transferirte uno? Dejo el otro en el laboratorio.
Estoy en el supermercado
el carro se me traba
las ruedas no avanzan
ni retroceden
quieta
miro las góndolas
busco
¿será acá adonde está mi hijo?
2
Salgo de la farmacia con la conservadora llena
de todo lo que voy a inyectarme
y hielo
subo al auto
me hablás de algo que no entiendo
sólo puedo pensar en las agujas
sigo agujereándome
me perforo
¿cuándo voy a parar?
3
¿Ya estás embarazada?
Estamos en el campo que me vio crecer
quizás ahí se gestó la idea de ser madre
mientras hablaba en voz baja con mis amigas
para que nadie nos escuche desear.
Esta vez
nos reunimos por el cumpleaños de un tío
que no sabemos si va a morir pronto.
Tengo un embrión adentro
bien colocado
aseguran los médicos
hay que esperar para saber
esperar y saber
esperar y saber
más.
Me toco la panza
hinchada de tanto ruido y presión
hay que seguir esperando
le contesto
tengo que seguir esperando
me digo.
Esta tarde
la posible muerte
la posible vida.
4
El ventilador de techo corta el aire
que permanece inmóvil hace unas horas
es testigo
de lo que se me abre cada vez
del río rojo que pierdo.
Es verano
otro sin vos
¿quién sos?
mi cuerpo sólo sirve para dejar ir.
Estoy tirada en la cama y siento los espasmos
que abren
lo que quisiera que por fin se cierre
la habitación se tiñe color ocre
lo único que conservo es tu nombre.
5
Pasó un año
hasta que decidimos
plantar la placenta
¿tuya? ¿mía?
los límites siguen siendo borrosos.
Pensamos el lugar
en el que queremos
que esté
la ofrenda
a tu vida.
¿De dónde venís?
Quizás nuestro jardín
podría ser un lugar
al lado
de nuestro primer gato
no sé por qué siento
que pronto no vamos a estar acá
y quiero tenerla cerca
a la placenta
para regarla
y hablarle
cuando las cosas estén confusas.
Quizás el pasto frente a la clínica
ahí donde te formaron
esas manos hábiles
que no temblaron
cuando hubo que preservar
a los otros dos
embriones
en el tubo
que imagino frío
¿A quién agradecerle?
¿Se agradece un hijo?
En cambio
compramos una catalpa
que tiene
hojas grandes acorazonadas.
Hacemos un pozo
en nuestro umbral
entre la vereda y la calle
en ese espacio
que no es la casa
pero tampoco es lo otro.
Elegimos
ese camino por el que pasan
muchas personas por día
charlan por teléfono
cantan una canción
debaten la cena
viven
Esa mañana
los rayos del sol
dibujan figuras
sobre tu piel
te movés
alrededor del pozo
mirás profundo
tocamos la placenta
que antes apoyamos en hojas blancas
para que algo quede.
Está blanda y fría
te reís
juntos los tres
la apoyamos en el fondo de la tierra
en el centro
de ese agujero
ahí donde las raíces de la catalpa
comenzarán a crecer
más y más.
6
Mi abuela Coca
un día vino
me preguntó
si podíamos ir
a la Iglesia
a pedirle a la virgen de la dulce espera
que por fin
nos mande al bisnieto
no me gustan nada las iglesias
pero sí
me gusta acompañarla.
Una tarde calurosa de febrero
fuimos
ella subió la escalera
casi saltando
los escarpines verde agua tejidos
en su cartera paqueta
color peltre.
Ella tenía fe en
la ofrenda a la virgen
yo tenía fe
en ella.
*Licenciada en Psicología, egresada de la UBA en el 2011.
Es psicoanalista, formada en el sistema público de salud, a través de la Residencia de Psicología Clínica en la Provincia de Buenos Aires, con sede en la Unidad Sanitaria Cortez en Moreno (2012-2016). Realizó un posgrado en Psicoanálisis en el
ICdeBA - Instituto Clínico de Buenos Aires.
Continúa su formación en el área Perinatal y en Técnicas de Reproducción Humana Asistida de modo específico.
Se dedica a la atención clínica de adultos, a acompañar a personas con dificultades reproductivas en espacios individuales, de pareja o grupales, y al acompañamiento de procesos maternales.
Brindan talleres de escritura terapéutica en temáticas perinatales, porque escribir es inscribir y procesar.
Sus redes de contacto:
Esta selección de poemas pertenece al futuro poemario de la autora.
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