Por Trinidad Vidal*
La sequía
viene después
de la inundación
El agua se lleva todo
y el sol abrumador
petrifica los restos
Urbe
de cadáveres infinitos
cajones y nichos
Árboles disfrazados
de esqueletos humanos
Eso pasó yo lo vi
Vi, lo que quedó
lo que pude ver...
Laguna de sal
es el vestigio
de lo que fue.
Te conocí
habías estado allí
trajiste la muerte
contigo.
No soñaste aquella
ciudad en pleno
esplendor
antes de la inundación
como lo hice yo.
Entonces partiste
y yo me quedé
con la vida
con el amor
antes del adiós
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Los días pasan
No espero
Hago mi hacer
Y vos el tuyo
Flor de naranjo
Veni hacia mí con tu aroma
Y yo iré con la flor de jazmín
Volverán los gorriones
A su nido
Y yo a mis días.
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*Escribe desde 2007 con la dramaturga Lucía Laragione, cuentos infantiles. Con Graciela Repun escribió para adolescentes y más tarde hizo taller de poesía con Myriam Berwoski. Actualmente hace clínica de sus libros de poesía con Mónica Sifrim, Agua Aire Tierra Fuego y 365 días pasan.
Es psicóloga y poeta. Estudió en la UBA y trabaja como psicoanalista.
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