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#tandiciembrequeduele. Sí, diciembre ya terminó pero...

Por Ayelen Rodriguez


Decoro una hoja con garabatos mientras veo pasar el tiempo.

Le hago rayas, practico mi nombre, ensayo un rostro. Luego, hago cuadraditos.

La lapicera es azul, y la hoja blanca.

No sé por qué lo hago, podría estar haciendo otra cosa, tengo varios pendientes de los que ocuparme.

Miro la hora al rato y ya pasó una semana. La miro después y ya pasó un mes.

¿Ya pasó agosto? ¿Cómo puede ser?...

La miro por último y se me pasó el año. "Bienvenido 2020", digo con la sidra en la mano y los pies en la arena... haciendo el firulete en la hoja, garabateando líneas irregulares sin sentido, componiendo pastos y flores en un intento de paisaje al margen de este papel.

Arrancar enero me da fuerza. Tal vez porque es el primero y los buenos augurios me potencian. Es como si fuese un ser muy optimista por un rato y la sensación que me invade es que nuevos proyectos aparecerán y los planeados se desarrollarán con éxito. Con fe ciega, no veo los tropiezos posibles, menos aún los obstáculos.

Arrancar el año es no mirar el reloj por un rato, porque aún falta...recién es enero, ¿no es cierto? Veremos cuan rápido vuela el año esta vez.

El final de un año, que permite este enero renovador, ha acumulado varios pendientes, como todos los años anteriores. Pero enero crea la falsa ilusión de que lo pasado se perdió por ahí, y ahora estamos en otra cosa (mariposa).

Hay algo de enero que es un "engaña pichanga". Si yo pudiese elegir, haría un impasse sin tiempo entre un año y otro, un momento, sin medida. Pero claro, eso es imposible. Si entre el 2019 y el 2020 hay un segundo de distancia, ¿qué tan novedoso (nuevo) puede ser este año?

Enero podría ser Diciembre... del 2020. En un abrir y cerrar de ojos, en tres o cuatro miradas a mi reloj pulsera, seguro que veo pasar el "nuevo" año, para escribir en enero de 2021.

La pila de pendientes sigue en el bloc de notas, en el que estoy haciendo firuletes.

Ojo, el optimismo me dura porque son pendientes que se actualizan en enero, con la potencia que decía antes, otorgada por este "falso" nuevo año. Todavía falta para que sentencie con fastidio que son pendientes que arrastro desde del año pasado. Todavía falta para que promediando el 2020 dude sobre empezar nuevos proyectos, porque: "mejor esperar al año que viene y empezar desde el principio"...

Que enero no te engañe, diciembre ya pasó pero no falta tanto para el próximo. Cuando te quieras dar cuenta estás ahí.

Que enero no te engañe. Todos los días se puede empezar algo nuevo, el tiempo pasa, es verdad, pero que no sea la excusa para postergar.

Lo "nuevo" no es el año, es el empezar algo.

Arrancalo. Si, a eso.

Terminalo. Si, de una vez.

El desafío no es enero y los pendientes, sino, tal vez, es ver cómo hacer para convertirlo, a este, en un año/tiempo inolvidable.





Imagen: @brumartclub.

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