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Textos en cuarentena (desde el 30/3/2020 al 7/4/2020)

Foto del escritor: MuchapalabreriaMuchapalabreria

Por Ayelen Rodriguez


 

Regimiento de los alcohólicos no anónimos

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En un acto heroico, con mi arma preciada de 70% alcohol y 30% agua, fui a comprar a la verdulería.

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Para refuerzo de paranoiques, fui con el cochecito. Sí, una señora con un carrito, sin bebé, por la calle cuasi desértica. Algune recluta, al verme, habrá pensado: cómo le pega la cuarentena. Al llegar a su casa seguro se lo comentó a su conviviente, o lo charló en la videollamada con la mamá, o lo compartió en el grupo de les pibes.Bueno, es que el carrito de compras estaba lejos, y siempre cerca está este, y como iba a comprar unas cuantas cosas...

Supongo que debo estar extrañando salir con el carrito. Supongo que debo estar extrañando salir con mi hija.

Supongo que debo estar extrañando salir. Y ya.

Así que dejé de estar entre redes y paredes por un rato para caminar las dos cuadras que me separan de la verdulería: destino para soldades valientes, con precios aumentados y algunes poques clientes que con ojos desorbitados, miedo y su debida distancia, miran a esta señora que llega con el viento golpeándole en la cara (sensación que, supongo, también extrañaba).

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Ayer, leía en las redes a algunes escritores que, absortos por la situación, se encontraban bloqueades para escribir. No sé cómo hacen. A mí me pasa al revés. Siempre me pasa al revés. No puedo parar.

Ayer, leía en las redes muchas recetas porque hay angustia oral pero también porque hay angustia moral. Que si me menejé en la vida como un sujete digne o si soy une perfecte idiota. Planteos filosóficos, típico de una pausa en intimidad. Tortas y pizzas, desde lo más simple a lo más elaborado para apaciguar la incertidumbre respecto a cómo seguir y para taponar el vacío que implica lo que ya pasó, irreversible. Otra vez, típico de una pausa en la intimidad.

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Mientras tanto, en el grupo de WhatsApp de mis vecinos se pasan precios del almacén para ir conociendo al enemigo y les soldades del alcohol, ya adictos a la sustancia en cualquiera de sus versiones, nos planificamos estadías en nuestras trincheras con stock de alimentos y más droga, claro, gelificada o líquida, da igual.

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Para refuerzo de paranoiques, a la vuelta viene el carrito llenos de bolsas de verduras pero sin criatura. Mientras, les otres reclutas piensan cómo le pega la cuarentena a la vecina y se cruzan de vereda con una sonrisa obligada de buenas costumbres, ya no sé si se alejan por el virus o por el delirio que me atribuyen. Bueno compañeres, la armadura de cada quién puede variar.


 

Puente para abrazar


¿Vieron que estamos en cuarentena y el contacto se ha vuelto (muy) "virtual"?

El otro día escuché por ahí que las redes se volvieron la calle. Antes, te cruzabas de casualidad en la cola del super, la plaza o el bar. Ahora, te cruzas por algoritmos que nadie termina de entender cómo funcionan. Entonces, aparecen extraños atrás de un perfil con los que interactuás, te entretenés, te vinculás y de a poco se convierten en personas no tan extrañas y las cosas trascienden las redes.

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Así, un día llegue a dar con Pablo Barroso. Y así, otro día, me enteré de su idea. Y así, otro día, él leyó en un "vivo" un texto mío. Y así, otro día, se compiló "Puente para abrazar", un libro virtual gratuito de textos de escritores varies, abrazades en/por la virtualidad, queriendo abrazar a otres.

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No me sorprenden los alcances de las redes pero cada vez que se da ocasión para celebrar lo que se genera no dejo de responderme que es por acá.

Chin chin.🥂

Quien lo quiera me manda su mail por privado y se lo paso.



 

100 publicaciones


Waaaw! Llegando a las 100 publicaciones en cuarentena...

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Las 100 entradas que tiene este blog en su versión web, que es la original, han sido la excusa para este post.

Me sorprende para bien la cantidad de textos y vale reconocer el laburo colectivo, y mi perseverancia en esto (aunque no sepa bien para qué🤔).

Sin embargo, no (me) importan los números. En épocas de "likes" y "seguidores", quiero que eso quede claro.

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Estoy muy contenta por cómo crece este espacio virtual y se nutre de otres que comparten sus palabras. Las 34#colaboracionexpres son siempre escritas por otres y del total de textos publicados en la web, varios son de otres 21 autores que se han sumado.

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Obvio que me encantaría que crezca. Pero así ya (me) funciona.

Surgieron cosas de las más interesantes y gratificantes para mi desde/hasta acá.

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Obvio que me encantaría que siga creciendo. Pero esto, así, ya llega a alguien. Y alguien ya quiso participar y compartir algo, se filmó leyendo, compartió poesías...

Digámoslo: hay gente que ve a Spinetta dónde antes no lo veía, y va a buscar el celu para compartime la#flacoseñal😎, ja.

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¿Sabés cuantos seguidores tiene Marino Iúdica? 150millones.

Y si algo tengo en claro en esta vida, es que no quisiera ser Iúdica.

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Esto no es un trabajo, nunca necesitó serlo. Aunque me ha generado trabajo, nunca fue esa su finalidad.

Creo que también por eso es que no importan los números.

#muchapalabreriaes poco capitalista en todo sentido.

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100 es un millón o 100 es cero. Así vacío, el número 100 me importa un pito. (Hacía mucho que no escribía eso😂).

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Gracias a quienes participan, como sea, de este espacio virtual que no es sin otres.

Aprendo muchísimo.

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Les invito a seguir haciendo, produciendo, creando, sin importar los números, priorizando la experiencia de compartir.

Puede parecer obvio, pero creo que es una excepción.

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