Por Elina Zacarías*
Es chiquito
lo veo grande
pero es muy pequeñito.
Será la llegada de su hermano
y mi sentir incapaz
para poder con dos bebés.
Porque no solo lo veo,
lo necesito grande.
Cuanta más autonomía gana,
más autonomía le pretendo,
pero siempre vuelve a suceder:
esa curita en el dedo por enésima vez;
las caricias y los brazos para que el sueño pueda venir;
la luz del baño incluso cuando la hay natural;
el cabito de la manzana que no puede quitar;
las zapatillas que aún no se puede calzar;
la remera puesta al revés;
nuestras idas y venidas para vivir la alegría de ver pasar el tren;
su pijama largo preferido del mundo mundial.
Me traen al presente sin mediaciones
para que no me olvide
que es tan chiquito
que no cabe en mi cuerpo
su amor
de lo inmenso que es.
* Politóloga y puericultora. Mamá de Lolo y Milo. Le gusta leer, descubrir lugares nuevos, ver películas dramáticas, tomar café, sacar fotos y registrar momentos.
Contacto: IG @elina_zacarias_
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