Por Ayelen Rodriguez
Voy a hacer una pausa para tomar fuerza y dar el paso. Juntar coraje y arriesgarme de verdad.
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Hay un envión necesario que se merece esta situación que reduce a cero mi genuina capacidad de ser espontánea. Es así, en esto, hay nada de espontaneidad.
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Voy a hacer una pausa para darme aliento, autoconvencerme de que es lo mejor y que no me voy a arrepentir. Voy a decirme en voz baja que yo puedo, que me va a salir bien, que sé lo que hago, que confíe en mi y en mis aptitudes. Voy a decírmelo en voz baja hasta que sea después en voz alta, y a los gritos si es necesario.
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Voy a archivar los consejos que ya estudié y los riesgos que evalúe para proponerme aventurar con convicción. Ya era hora de que lo haga. Me pregunto qué sentido tendría dilatarlo más, y sinceramente creo que ninguno. Voy a tomar valor para hacerlo de una vez y no esperar a que alguien me autorice. Ya no puedo pretender del otro lo que no pretendo de mi misma, no.
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Es el momento, la madurez necesaria y la reflexión precisa. Esa pausa necesaria antes de hacerlo, donde te sonreís para vos misma porque ya estas segura, porque te sentís libre, mas libre que nunca, y te mentalizas en la frase: "que sea lo que tenga que ser", porque la decisión ya está tomada.
Pertenecen a la serie: